viernes

6: De nombre, "Judge".


Al leer lo que sigue, algunos pensarán “Esto demuestra que la humanidad se ha vuelto definitivamente idiota” y otros pensarán “Esto demuestra que aún no está todo perdido: la humanidad tiene arreglo”.

Yo estoy con los segundos. Creo que historias como la que aquí se cuenta demuestran que a los humanos todavía nos funciona correctamente una parte del cerebro. Y del corazón.

Empezaré por presentarles a “Juez”, un buen ejemplar de una variedad de pastor alemán a la que algunos denominan “pastor checo”,


y a su entrenador, el sargento Michael Franks, del Departamento West Depfort (New Jersey) con quien ha compartido el arresto de 152 sospechosos,  la recuperación de 3 coches robados y la detección de diversos alijos de droga, valorados en conjunto en más de 50.000 dólares.



El pasado junio, tras casi 9 años de servicio, Juez comenzó a padecer vómitos, pérdida de pelo e hinchazón generalizada. Fue diagnosticado con la enfermedad de Cushing, un trastorno metabólico que de por sí tiene muy mal pronóstico. Se le dieron los medicamentos necesarios para controlar la enfermedad pero en septiembre empezaron las hemorragias nasales y el insomnio, indicativos de una situación clínica muy difícil de revertir. El 7 de noviembre, en el Hospital Veterinario de  la Universidad de Pennsylvania, se confirmó la presencia de dos tumores en el hígado, que suelen ser metástasis de tumores originados en las glándulas suprarrenales. La enfermedad entraba en su fase terminal, lo que incluye arritmias, ceguera y parálisis progresivas, y una severa desorientación. Finalmente, ante el agravamiento experimentado este pasado febrero (2015), todos los veterinarios consultados estuvieron de acuerdo en que había llegado la hora de evitarle más penalidades y sacrificarlo, para lo que se acordó el día 20.

Todos los miembros del departamento sabían que era a Frank a quien le tocaría el mal trago de acompañar al perro en sus últimos pasos, recorriendo los 30 metros de acera que van desde el parking hasta la puerta principal del Saint Francis Veterinary Hospital. Pero, mientras Frank y Juez recorrían esa acera, los demás no estaban dispuestos a quedarse en casa. Prefirieron despedir a su compañero como se merecía, haciéndole un pasillo de honor. 


A la derecha de la fotografía se aprecia a la única mujer del Departamento, formado mayoritariamente por "tipos duros" y especializado en la lucha contra el narcotráfico.






El animal desfiló entre el cordón de policías con su juguete favorito en la boca, el mismo protector que usaba Mike Franks durante los entrenamientos. 







Mike, por supuesto, se quedó a su lado hasta el último suspiro. Y mucho rato después.
Respecto al pasillo de honor, ya había empezado varias calles antes de llegar al parking.







“Juez” descansa en el jardín del Departamento. 
La placa es muy escueta: “Tus compañeros no te olvidan”.

Post data.

Mike Franks: "Hemos pasado juntos casi diez años. Cuando no estábamos de servicio, me lo llevaba a casa. Mantenía una relación fantástica con toda mi familia y los lazos se han intensificado más aún durante estos últimos meses, que los ha pasado en mi casa como si fuese un perro de compañía: tumbado en el sofá y siempre con alguien dispuesto a rascarle la tripa. Seguiré entrenando perros, es mi trabajo. Pero voy a necesitar unos cuantos días de margen..." 

Lo comprendo. No tengas cargo de conciencia por tomarte unas días libres. Un abrazo, Mike.




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